Suzy Menkes — ¡Estaba en el cielo del snapchat! Y no sólo por parte del público del desfile de Dolce & Gabbana que movía rítmicamente el brazo para lograr capturar cada momento. ¡Clic! ¡Sicilia! ¡Clic!¡ Portofino! Los nombres de lugares se mezclaban con los dibujos de flores en los vestidos de verano. Las modelos llevaban sus propios teléfono, iban tomando selfies mientras caminaban por el desfile. Este sueño del siglo XXI iba apareciendo en dos enormes pantallas por encima de la pasarela.
Pero no fue lo único que llenó al publico de alegría. La música también ayudaba: Dean Martin cantando esas cursis canciones italianas de 1950 como "Buonasera signorina" ("Es hora de decir buenas noches a Napoli") o "Eso es Amore" El telón de fondo era "molto Italiano" gracias al mercado de frutas, tiendas de cerámica y una cafetería llamada "Italia es Amor ".
¿Pero cuáles eran las prendas que se mostraban en este juego alegre? Eran bastante familiares: caftanes de seda con estampados de mosaico marroquí deslizándose sobre el cuerpo. Lo mismo ocurría con los pijamas de seda estampadas. Pero el encanto del desfile no era en ver cómo el dúo dinámico cambiaba de registro deponiendo el vestido corto negro de curvas ante uno suave o con faldas largas. Sino cómo la intensa decoración estaba hata en un abrigo, en una cesta de paja o en un par de auriculares.
Un espectáculo de Dolce & Gabbana (sobre todo después del fin de la etiqueta D & G) en el que parece que hacer ropa es puramente por diversión. Desde que los diseñadores comenzaron a crear Alta Moda y la muestran en diferentes ciudades italianas, han incorporado interpretaciones ingeniosas de esa idea. Así que aquí hemos visto un vestido con una cintura pequeña y una falda corta hinchable anunciando "Portofino". Otros estaban dedicados a Roma o Cerdeña.
Fuentes bibliográficas consultadas
-www.vogue.es
-www.vogue.es
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